Los pigmentos atrapados en la red del lienzo, llenan lugares vacíos, los completan, dan volumen y color. El resultado de la suma de llenos y vacíos de la tela es texto y escritura, un lenguaje de sutiles y finos contrastes.
Entonces, la pintura antes que ver es tocar, la sensualidad primera esta en el tacto, en tocar los húmedos granos de pigmentos aglutinados, sus distintos pesos y secados.
La materia todavía fresca necesita de una rápida acción, casi a ciegas, donde el tacto es más rápido que la vista, y es en ese diálogo primitivo de texturas, donde la pintura es más pintura, es única y plena
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