El comienzo de la serie
surrealista no lo puedo contabilizar en un año en especial como las otras series, porque este tipo de dibujo de conexiones absurdas y
automáticas, y de proporciones caprichosas, siempre estuvo presente en mi
trabajo.
De alguna forma
todas las demás series existen en
contraposición a esta serie, y para tratar de esquivar lo que me es natural, la facilidad que tengo en hacer dibujos basados en la fantasía e
imaginación, a la búsqueda de lo nuevo, de lo asombroso, de pintar una suerte
de “irracionalismo”.
No estoy tan seguro
que lo que hago en esta serie es estrictamente surrealismo, me apoyo en soltar
libremente la imaginación, conectar objetos, situaciones, escenas, estilos de
forma caprichosa y automática, sin ninguna lógica. Uso la palabra “Surrealista”, un poco como un
homenaje para los pintores de la vanguardia, pues
ni bien conocí su obra me maravillaron.
Al contrario de mi
serie simbolista, donde trabajo a la manera del Bosco o Brueghel donde
tejo minuciosamente cada imagen para
controlar y armar metáforas visuales, en
estas pinturas, improviso, voy por caminos meramente intuitivos, como pasa en la naturaleza las pinturas nacen
solas y salvajes. No obstante en estas pinturas se puede ver una lógica de significados que
interactúan, metáforas irónicas y hasta humorísticas, pero es algo que noto mucho después que las hago, ya viéndolas como
un espectador más.
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