El mundo ha cambiado, sólo con apretar un botón millones de personas hoy pueden publicar lo que quieran en medios sociales o desde sus propias webs y llegar a enormes audiencias de todo el mundo. Desde un smartphone un artista puede subir su ultima obra desde su estudio y en un segundo tener diez veces más público que en la más exitosa inauguración de la mejor galería.
Hace sólo 10 o 15 años los músicos populares tenían que tocar los timbres de las oficinas de las grabadoras y las radios, luego esperar por horas , días , meses, años que un gerente de programación eligiera su trabajo. Con los artistas plásticos, lo mismo era ir con un dossier de fotografías a las galerías, o centros culturales.
Todavía existen los viejos filtros, no cualquiera entra en la programación de una gran galería comercial, un centro cultural, un museo, pero la novedad es que estos órganos de validación cada vez están más cuestionados e interpelados por la nuevas plataformas de exposición que han generado nuevos públicos.
El arte se ha transformado en un fenómeno masivo, antes sólo podía acceder a él una pequeña población que lo recibía filtrado por una red de instituciones de validación y sus gerentes culturales , ahora millones de personas se interesan y tienen acceso libre sin intermediarios.
Esto ha hecho también que los antiguos lugares de validación también tuvieran que cambiar, cada vez más vemos como los programadores tratan de crear eventos "que lleven gente", cada vez se ve más performances e instalaciones que más se parecen a teatralizaciones de Disney World que a desarrollos necesarios de inspirados artistas conceptuales, todo parece indicar que ahora hay mucha más competencia, porque el nuevo publico va para cualquier lado.
El publico es enorme , está ávido de arte, y de a poco se está entrenando para tomar el poder de decisión, el libre acceso al arte necesariamente necesita de un público más activo, de una mayor participación en la elección, ya no viene el producto pre masticado como antes, ahora hay que formarse para elegir, para encontrar en la inmensidad informativa lo que queremos.
También el concepto de "la fama" como valor está cambiando. Como dijo Andy Warhol todos alguna vez tendremos nuestros 15 minutos. La fama nunca es indicador de calidad para un artista, y a veces es todo lo contrario. Hoy vemos que para ser famoso en los medios no hace falta ningún talento, los famosos son famosos por ser famosos, como un hecho que se retroalimenta sin mayor necesidad.
Esto nos libera de: ¿pero este artista es famoso, es exitoso, vale entonces la pena que mire y apoye su trabajo? Y está dando paso a las preguntas que de verdad tendrían que importarnos: ¿la obra de este artista me gusta? ¿ver estas imágenes me influyen, provocan un cambio en mi?
martes, enero 12, 2016
El mundo ha cambiado
Publicadas por Diego Manuel Rodriguez a la/s 4:24 p.m.
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